La verdad es que todos íbamos a la playa del Portixol con mucho respeto por miedo a la baja temperatura del agua.
Casi todos perfectamente equipados con neopreno salvo Cristina y un servidor (que aun no lo tiene).
La sensación ha sido fantástica, de principio a fin. Después de una hora y media de swim, he comenzado a sentir frío por las piernas y un calambre en el pie derecho; por suerte estaba ya en la cala de llegada.
Vista la experiencia, se ha acordado por unanimidad el repetir la semana que viene ja ja.
Saludosssssssss
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